Recuerdos pasados...

Mientras espera partir a una nueva misión, Tannisha disfruta jugando unas cartas con los parroquianos de la taberna, mientras escucha las canciones de su compañero Roy, las risas de su hermana Aishane mientras baila y las grandes risotadas de Gorthor mientras conversa con el enano Gerrard. Se siente agusto, jugar no es nada del otro mundo, no es demasiado complicado y para ella es fácil ganar, pero algo en ella deja que la suerte siga su curso. Y se permite perder de vez en cuando.
Atrás quedaron los malos ratos en los que debía ganar para conseguir dinero, atrás quedo comprar medicina para su madre enferma. Atrás quedaron los malos ratos en su antigua ciudad.

Su hermana Aishane siempre veía el lado positivo, e intentaba animar a toda la familia, Tannisha por otro lado se odiaba por desear el día en que su madre terminara con su penitencia y descansara en paz... y ese día no tardo en llegar, ellas tenían 16 años y la enfermedad de su madre consiguió vencer...
Los sacerdotes de Nucro, dijeron unas pocas palabras, antes de quedarse con los pocos ahorros de la familia, y celebraron un simple funeral.

Las hermanas se quedaron solas, y Tannisha tomo la responsabilidad de cuidar de las dos. Las cartas siempre le habian reportado beneficios, no se la daban mal, así que se aprovecho de ello, solia ganar sin hacer muchas trampas, pero si era necesario también se podía recurrir a ellas. Así poco a poco consiguió reunir algo de dinero y junto a algunos otros trabajos, consiguieron levantar cabeza.

Así paso el tiempo, hasta que llego a sus oídos rumores de que se iba a preparar una milicia, y que se requería de todo aquel que quisiera ganar unas cuantas coronas y vivir aventuras...

Por fin podrían salir de esa buhardilla que llamaban hogar desde hacia demasiado tiempo, cambiar de aires, salir de esa maldita ciudad y olvidar su pasado, además de ver el mundo. Así que sin pensarlo demasiado dejaron todo atrás y partieron a alistarse...